A través de la firma de un convenio, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) recibió la donación de 50 millones de pesos de la Fundación Jovina Alicia Ramírez de Arbaje, Incorporada, dinero que según lo acordado deberá ser utilizado para la construcción, en terreno de la academia, de un centro de investigaciones oncológicas.

La doctora Emma Polanco y el doctor Seneo Milagro Arbaje en momentos en que firman el convenio.

El acuerdo entre las partes establece, entre otras cosas, que las investigaciones a realizar tienen el compromiso de contribuir al avance de la ciencia médica, y al mejoramiento de los procedimientos usuales en la detección y tratamiento de enfermedades oncológicas en la República Dominicana.

La firma del convenio se llevó a cabo entre la doctora Emma Polanco Melo, rectora de la UASD, y el presidente de la citada fundación, doctor Seneo Milagro Arbaje, en un acto que tuvo lugar en el Salón del Consejo Universitario y al que asistieron las principales autoridades de la academia.

La doctora Emma Polanco Melo, rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y autoridades de la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS), encabezadas por los doctores Rosel Fernández y Robert Benjamín Hernández, decana y vicedecano de esta dependencia, respectivamente, dieron formal apertura a la docencia en el edificio que aloja el Instituto de Anatomía, estructura que fue sometida a un remozamiento en varias de sus áreas.

Autoridades universitarias, encabezadas por la doctora Emma Polanco, en la apertura del  Instituto de Anatomía.

Al hablar en el acto de entrega del espacio remodelado, la rectora hizo énfasis en su compromiso con la calidad de la docencia y la formación de profesionales competentes.

En tanto que, la decana de la FCS resaltó la importancia de los trabajos realizados en los espacios destinados a las prácticas de las asignaturas de anatomía y neuroanatomía, área que acoge a unos 30 estudiantes, y que también se utiliza en la formación de postgrado.

En el área remozada fue colocado un lavamanos de alta tecnología, con el cual se busca facilitar las medidas de higiene a los estudiantes que asisten a las prácticas que allí se imparten.

Cuatro nuevas profesionales del área de bioanálisis fueron investidas en la graduación celebrada, el pasado jueves 7 de febrero, en la UASD-San Juan de la Maguana, en un acto que fue presidido por la rectora Emma Polanco y demás miembros del honorable Consejo Universitario; así como también, por las principales autoridades de esta ciudad.

La doctora Rosel Fernández acompañada de las cuatro nuevas profesionales del bioanálisis.

Arielsi Alcántara, Crisnabel Bautista, Wilda E. Váldez M. y Marjorie M. Moreno son las nuevas bioanalistas que obtuvieron sus títulos en la graduación celebrada ayer jueves en la ciudad de San Juan de la Maguana.

La doctora Rosel Fernández, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, dependencia a la que pertenece la Escuela de Bioanálisis, acompañó a las graduandas en esos momentos tan importantes de sus vidas.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró el 6 de febrero como el día para recordar la necesidad de no flaquear en los esfuerzos por terminar con la práctica de la mutilación genital, que han sufrido más de 200 millones de niñas y mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), si la mutilación genital femenina se sigue practicando al ritmo actual en los países donde es prevalente, 68 millones de niñas podrían convertirse en nuevas víctimas antes de 2030.

La mayoría de ellas viven en una treintena de países de África, Oriente Medio y Asia, donde prácticas como la ablación (una de las versiones de la mutilación genital) son consideradas una costumbre cultural o religiosa.

La OMS considera que teniendo en cuenta el crecimiento demográfico en los lugares donde esa práctica está extendida urge que la comunidad internacional acelere las acciones para acabar con ella.

La región con más casos es África Occidental, donde se calcula que más del 85 % de las mujeres de entre 15 y 45 años la han sufrido, pero en la misma Europa se calcula que en comunidades de migrantes hay 500.000 víctimas y alrededor de 180.000 niñas corren el riesgo de serlo cada año.

Las víctimas de estas prácticas suelen ser niñas menores de 15 años, que tras ser sometidas a este tipo de procedimientos pueden sufrir hemorragias, infecciones y futuras complicaciones en el parto, incluyendo un mayor riesgo de muerte de los recién nacidos.

En 2019, la OMS quiere poner especial énfasis en combatir la creciente creencia de que sustituir prácticas de mutilación tradicionales por otras similares en manos de trabajadores sanitarios es menos dañina, equiparándola en cierto modo y erróneamente con la circuncisión masculina.

Fuente: Diario Libre